Existen situaciones realmente difíciles de entender, por no decir que sin argumentos sólidos para defenderse, y nos referimos a lo que ha sucedido durante toda la llamada temporada baja con dos de las mejores alas defensivas de la Liga: Nick Bosa de San Francisco, y Chris Jones, de Kansas City, sin duda dos de los equipos con mayores posibilidades de llegar al Super Bowl.
Vayamos por partes para explicar lo sucedido y tratar de entender las causas y razones de ambas partes, si es que hay una manera de comprender.
Cada uno de esos jugadores, que son pilares innegables en sus respectivas unidades defensivas busca una extensión de contrato, muy bien ganada por cierto, pero de ahí a ser coherentes a la hora de tratar de negociar es lo que desquicia a más de uno.
SE GANARON UN AUMENTO, PERO
Comencemos por Bosa, quien tuvo una de las mejores temporadas para un jugador en su posición con 18.5 capturas de mariscal, además de ser parte fundamental de la temible línea frontal de la defensiva de los 49ers. Incluso, Bosa fue designado el Jugador Defensivo del Año, lo que a todas luces le da la autoridad moral de exigir una muy lucrativa extensión de contrato.
Dicha situación y negociación arrancó desde que inició el año y, a la fecha, a unos días del arranque de la Temporada 2023 ni el representante de Bosa ni la oficina de los 49ers, encabezada por Johnny Lynch, han podido acordar algo en concreto.
La realidad es que lo más seguro es que Bosa no inicie la campaña con San Francisco, lo que a todas luces es una baja sumamente sensible para el equipo.
En el caso de Jones, quizá no habría mucho que agregar, va por el mismo tenor de Bosa, una gran campaña, un protagonismo en la defensiva de los Jefes que no puede dejarse pasar de largo. De hecho, es tal la importancia de este jugador para el equipo que el mismo Travis Kelce, ala cerrado estrella del conjunto, ha pedido públicamente a Jones que se deje de embrollos, encuentre alguna manera de alcanzar un acuerdo y vuelva.
Ambas directivas, tanto de San Francisco como de Kansas City, están más que conscientes de que la extensión de contrato debe ser muy lucrativa y ubicar a ambos alas defensivos entre los mejor pagados de la Liga.
Hasta ese punto digamos que todo va de acuerdo a la lógica, sin embargo ¿qué sucede cuando entra en juego un sentimiento que a veces le juega muy mal a cualquiera?, nos referimos a la vanidad.
Tanto Bosa como Jones saben que serán ampliamente recompensados por sus equipos con cifras de nueve dígitos por varios años, no obstante en el camino hay un detalle que les ha cegado para alcanzar un acuerdo y unirse a sus equipos para estar listos para la campaña; ese obstáculo se llama Aaron Donald, el tacle defensivo de los Carneros y su lucrativo contrato que hasta el momento lo hace el jugador defensivo mejor pagado de la historia.
Pues bien, tanto Bosa como Jones tienen en la mira dicho contrato y por supuesto su objetivo no sólo es igualarlo, sino superarlo.