El gobierno de China respondió a los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la misma dosis: impuestos adicionales de 10 y 15 por ciento a productos como hidrocarburos y automóviles.
El sábado, el mandatario estadounidense firmó una orden para imponer un arancel de 10 por ciento a las importaciones del gigante asiático, como una medida de presión para detener el tráfico de fentanilo.
Los aranceles, vigentes desde este martes, se aplican a todos los productos chinos, según un documento emitido por la Casa Blanca el pasado sábado.
Derivado de ello, Pekín respondió con firmeza con tarifas selectivas que afectan a productos como el petróleo, el gas licuado y la maquinaria.
Asimismo, el gobierno chino aplicó restricciones a la exportación de minerales críticos, los cuales se utilizan en la fabricación de productos de alta tecnología como semiconductores y baterías, e inició una investigación antimonopolio contra Google.
Pekín respondió con firmeza con tarifas selectivas que afectan a productos como el petróleo, el gas licuado y la maquinaria
La réplica de Pekín supone la intensificación de la guerra comercial en la que ambas potencias llevan inmersas desde el primer periodo presidencial de Trump.
Algunos expertos consideran que China busca negociar desde una posición de fuerza y accedería a aumentar las compras de bienes estadounidenses para reducir el déficit comercial.
El Ministerio de Comercio chino señaló en un comunicado que toma la decisión “de acuerdo con la ley”, con el fin de “salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales” y para “cumplir con las obligaciones internacionales”.
Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico (Amsoc), consideró que esta medida definitivamente tiene un impacto para el comercio exterior de Estados Unidos y presiona en el corto plazo a las empresas que venden productos a China.
El Ministerio de Comercio chino señaló en un comunicado que toma la decisión ‘de acuerdo con la ley’, con el fin de ‘salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales’ y para ‘cumplir con las obligaciones internacionales’.
No obstante, el directivo dijo a El Sol de México que las cadenas de suministro globales se han protegido desde hace varios años, prácticamente desde que inició el conflicto comercial entre las dos principales economías del mundo.
“Se han reconfigurado en otros países asiáticos como Singapur, Vietnam y Tailandia, dependiendo de la industria, incluso en Taiwán, así que tendrá un impacto en el corto plazo, pero las empresas se han venido preparando”, comentó.
Asimismo, Rubin subrayó que esto le permitirá al presidente Trump reconfigurar la balanza comercial de Estados Unidos con China.