Nuevo día y nueva actualización sobre el futuro cercano de Kylian Mbappé. El delantero ha sido apartado del viaje a Japón que el París Saint-Germáin ha comenzado este fin de semana y está usando su tiempo para entrenar en la ciudad deportiva del club francés. Allí se está ejercitando con una nómina de futbolistas del primer equipo que están en su misma situación, despreciados. Es decir, tienen un año de contrato vigente y no quieren renovar. Julian Draxler, Colin Dagba y Leandro Paredes son sus compañeros en estos días.
La situación fuera del césped pasa por un endurecimiento de la posición del club. La directiva catarí todavía sangra por lo inocuo del ultimátum activado y ha decidido ejecutar la estrategia de presión que llevan aplicando desde que en 2011 llegaron al palco del Parque de los Príncipes. Si el jugador estelar se quiere ir a otro equipo o se niega a renovar, es apartado por completo de la dinámica. Se convierte en un ‘apestado’, a efectos reales del día a día, hasta que ceda a las exigencias del PSG o se termine de marchar.
Zlatan Ibrahimovic, Edinson Cavani, Thiago Silva, Marco Verratti o Neymar sufrieron amenazas similares a la que ahora pende sobre Mbappé. De todos ellos sólo Adrien Rabiot mantuvo su posición de fuerza. El centrocampista francés se pasó seis meses sin jugar ni un sólo minuto y se marchó a la Juventus en cuanto pudo. El ostracismo es el requisito que se ha cernido sobre el máximo goleador de la historia del PSG, si mantiene su negativa a activar la cláusula de renovación automática, para ser libre en 2024.
Dos ultimátum y una amenaza
Desde el país galo se asegura que la idea de quedarse sin competir nueve meses antes de la Eurocopa y de los Juegos Olímpicos de París no seduce a Kylian. Y a comienzos de julio Nasser Al-Khelaifi le comunicó que le mandará a la grada hasta junio si no se atiene a sus exigencias. Lo hizo en una carta de respuesta a la que el propio futbolista les había enviado anteriormente para subrayar que va a cumplir su contrato sin renovarlo. Y fijó un nuevo plazo límite: el 31 de julio, fecha en la que el club debería abonar al delantero la mitad de la prima de fidelidad firmada en 2022 (40 millones de euros) y en la que caduca la cláusula de renovación automática.
