“Cuando vuelve a llover, ¿se acaba la sequía?”, la respuesta inmediata es no, aunque depende de cuánto tiempo llueva, señaló Saúl Arciniega Esparza, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Al participar en el Seminario de Recursos Naturales el especialista añadió que tendríamos que esperar bastantes años de precipitaciones intensas, además de que la temperatura y la evapotranspiración no muestren cambios significativos, para decir que la sequía ha finalizado en el país.
La falta de lluvias nos afecta de manera inmediata, sin embargo, su presencia no significa que nos recuperemos de una sequía, la cual es un fenómeno natural cíclico que ocurre en regiones secas como en zonas húmedas.
Arciniega Esparza alertó que tanto la precipitación como el almacenamiento de agua presentan tendencias negativas y tal vez, en un futuro, no tendríamos que estar hablando de sequías, sino de aridez o desertificación, según los factores que intervengan, pero una vez que entremos en ello será un periodo difícil de regresar a las condiciones anteriores.
En el Auditorio Ricardo Monges López, del Instituto de Geofísica, indicó que es importante analizar estas anomalías climatológicas debido a los impactos económicos y humanos. Si bien los sucesos hidrometeorológicos son los que más daños monetarios y repercusiones manifiestan a la población, las sequías son el segundo que más estragos financieros causan, aunque no las que más poblaciones lesionan.
Recordó que de 2000 a 2015 se reportaron 145 sequías que ocasionaron perjuicios por casi 21 mil millones de pesos, de ahí la importancia de analizar y comprenderlas por medio de tecnologías y modelos numéricos para cuantificarlas y determinar el deterioro que provocan.