Si no estás seguro si la economía estadounidense está en recesión, no eres el único.
Por un lado, el producto interno bruto, una medida clave de la producción económica, se contrajo por segundo trimestre consecutivo esta semana, lo que hace temer que el país haya entrado, o entre pronto, en territorio de recesión. Por otro lado, el mercado de trabajo sigue siendo muy fuerte, lo que nos indica que la economía sigue siendo sólida.
Algunos economistas califican dos trimestres consecutivos de contracción como una recesión técnica. Y con razón: 10 de las últimas 10 veces que la economía estadounidense se contrajo durante dos trimestres consecutivos, fue declarada en recesión. Pero en siete de las últimas siete recesiones se produjeron pérdidas masivas de empleo, y eso no está ocurriendo ahora.
No hay una norma firme que defina lo que es una recesión en Estados Unidos. En su lugar, la designación oficial la determinan ocho economistas que trabajan juntos en el Comité de Datación del Ciclo Económico. El grupo trabaja bajo el paraguas de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), una organización privada sin fines de lucro. Los economistas todavía no han utilizado la etiqueta de «recesión».
La organización se rige por una definición relativamente vaga que permite un margen de maniobra: una recesión, escriben, «implica un descenso significativo de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos pocos meses».
Entonces, ¿estamos realmente en recesión? Es difícil de decir. Pero aquí te explicamos por qué EE.UU. podría estarlo. Y por qué puede que no lo esté.
Los problemas de inventarios de las empresas desempeñan un papel fundamental en los vaivenes de la economía, y gran parte de la contracción económica que registramos el trimestre pasado se debió a que las empresas frenaron la expansión de esos inventarios. El año pasado, las empresas se abastecieron de bienes para adelantarse a los problemas de la cadena de suministro y en previsión de la demanda de los consumidores después de la crisis, pero ahora pueden tener un exceso de inventario.
El PIB se contrajo a una tasa anual del 0,9% en el segundo trimestre, pero la desaceleración de la acumulación de inventario restó 2 puntos porcentuales a la producción. Esto significa que la economía habría crecido si las empresas no hubieran eliminado sus existencias. También indica que la demanda de los consumidores podría estar debilitándose, otro signo de recesión.