El esquí o el snowboard son deportes que practican millones de personas en España. Sin embargo, existen otros deportes de invierno mucho menos implantados en nuestro país que poco a poco se van haciendo un hueco en la sociedad.
De todos ellos, el curling es uno de los deportes de invierno, también clasificado como deporte de hielo, más llamativo y con menor presencia en España. Aunque desde hace dos décadas, se han multiplicado el número de licencias federativas. Incluso se han llegado a lograr medallas en campeonatos internacionales.
Qué es el curling
El curling es un deporte de equipo, que se juega sobre hielo, en el que dos equipos se turnan para deslizar piedras de granito hacia un objetivo, conocido como ‘house’. Es considerado un deporte de invierno y tiene presencia en los Juegos Olímpicos de Invierno, también en los paralímpicos.
En el curling existen diversas categorías como son la masculina, la femenina, el dobles mixtos y mixtos en silla de ruedas. Como norma general, los equipos están conformados por cuatro jugadores, mientras que la variante de dobles mixtos del deporte consta de equipos de dos jugadores, una mujer y un hombre. En algunas competiciones se puede contar con un quinto jugador como suplente.
Para su práctica, la pista es una longitud de hielo especialmente preparada denominada sábana de unos 45 metros de largo y un máximo de cinco metros de ancho. En cada extremo de la lámina de hielo se sitúan dos círculos, denominados ‘house’, que tienen forma de diana.
La preparación de la pista requiere formar hielo rizado en la superficie. Por ello, los componentes del equipo barren el hielo para calentar la superficie y facilitar el lanzamiento y deslizamiento de la piedra hacia la diana. Se estima que al barrer de forma correcta se puede lograr que una piedra alcance dos o tres metros más. E incluso variar la trayectoria