Mariano Jiménez Clavel, de 8 años; Gael Mathias Arias Elizondo, de 11 años; José Ignacio Abarca Jiménez, de 9, y Kendall Leal Hernández, de 11, fueron eliminados en el cuarto programa de Spelling Bee.
Los chicos se enfrentaron a tres juegos; sin embargo, al final del episodio de este domingo fallaron los deletreos y quedaron fuera del formato.
Quien se mostró más triste y lloró desconsoladamente fue el pequeño Mariano, ya que había creado muchas amistades en el programa.
“Siempre recordaré esta experiencia con mis amigos”, dijo Jiménez. Su papá, para tranquilizarlo, le recordó lo inteligente y capaz que es y que el haber llegado hasta este punto era “ganancia”.
El menor es oriundo de Tres Ríos, sabe las 254 banderas del mundo y le gustaría ser geógrafo cuando crezca. Sus padres aseguran que aprendió a leer y escribir solo, y que es un niño feliz y alegre.
Gael también mostró su tristeza al ser eliminado. Pero el abrazo de sus papás fue de gran ayuda.
“Cuando fallé la palabra ‘vileza’ sentía mucha cólera porque sentía que mi nivel iba decayendo”, señaló el menor.
La mamá de Ignacio, Sandra Jiménez, le dijo: “Estamos súper orgullosos de usted, nos vamos contentos porque hemos vivido una aventura muy linda”.
El chico de 9 años, quien recibe terapia de lenguaje, se mostró feliz y satisfecho con la experiencia. Es un niño que siempre “está feliz con todo, tiene buen corazón y es amante del fútbol”.
Finalmente, Kendall, quien estaba muy orgulloso de representar a Hatillo 8, indicó que es duro salir del programa, especialmente por los nuevos lazos formados. “Hice muchos amigos, ahora me toca despedirme de Spelling Bee”, acotó.
Durante este cuarto episodio conocimos la historia de Leal, quien hace dos años sufrió una quemadura de tercer grado con aceite hirviendo.
“Hace dos años viví uno de los momentos más difíciles de mi vida, pero Dios nunca me dejó solo. Cuando me quemé fue un proceso muy largo y doloroso. Me hicieron cuatro operaciones y en la cuarta me hicieron injerto. Ya no me molesta lo de la quemadura porque me ha fortalecido mucho”, confesó el menor, amante de jugar “bola”.