La batalla legal de México contra los fabricantes de armas estadounidenses tiene una audiencia clave el próximo 4 de marzo en la Corte Suprema, motivo por el cual el consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Pablo Arrocha, viajó a Washington D.C. para reunirse con el equipo que defenderá los intereses nacionales. En entrevista para Crónica, se muestra optimista, pero avisa que, en caso de fallo adverso, avisa que la lucha continúa
¿Cuál fue el motivo del viaje a Washington D.C.?
Me reuní el jueves en Washington con Jonathan Lowy y Steve Shadowen (representantes de Global Action Against Gun Violence) para revisar cómo se perfilan los argumentos del equipo que representa a México de cara a la audiencia que se celebrará en la Corte Suprema (el 4 de marzo) contra fabricantes de armas en Estados Unidos.
El 22 de enero de 2024 ganamos la apelación en la Corte de Boston que sentenció el derecho de México a demandar a los fabricantes de armas. Fue una gran victoria, pero dos de los fabricantes demandados (Interstate Arms y Smith & Wesson) elevaron la causa a la Corte Suprema que atrajo el caso.
También hablamos del seguimiento a Tucson (señaló Arrocha, en alusión al litigio contra cinco armerías en Arizona, la segunda demanda presentada por el Gobierno de México en relación con el tráfico de armas, un año después de la presentada en Boston, en 2021, contra ocho fabricantes).
¿Qué va a revisar la Corte Suprema de EU y cuándo se espera que haya sentencia?
La audiencia en la Suprema Corte debe determinar si las empresas demandadas gozan de inmunidad y si México tiene derecho o no a demandarlas (por facilitar el tráfico ilícito de armas hacia México, que empodera a los cárteles de la droga y causan miles de muertos al año).
Esperamos que para mediados de junio haya sentencia.
¿Cuál sería el peor y el mejor escenario para México?
El mejor escenario es que la Corte nos dé la razón y sentencia que (como ya hizo la Corte de Apelaciones de Massachusetts) los fabricantes de armas no gozan de inmunidad bajo la ley y el caso continúe en la corte federal de Boston.
El peor escenario es que sostenga que gozan de inmunidad. Pero incluso en este caso tendríamos otros recursos. Hay que señalar que la audiencia no es para determinar el fondo de la demanda, por tanto, la resolución de la Suprema Corte no estaría exonerando a las empresas; esto nos daría opción a nuevos procesos legales.
En este tipo de decisiones, la Corte de EU tiende a desarrollar mucho los argumentos y no suelen acabar en resoluciones salomónicas; debemos esperar los argumentos.